En la Antigua Roma, colonia romana era el estatuto político del que disponían diferentes civitates de Italia y,[1] posteriormente, de las provincias. Su organización se caracterizaba por estar reglamentada por una carta de fundación legislativa y por las instituciones del pueblo romano. Esta particularidad le da a la colonia un aspecto más dependiente, menos libre en su relación con Roma, que la que tenía el municipium. Sin embargo, la colonia era considerada con una categoría política más favorable a Roma y de mayor prestigio por contar con la maiestas, supremacía religiosa. Las colonias eran una analogía de la ciudad de Roma.
Colonia se relaciona con dos expresiones: verbo colo (cultivar) o ex culto agri (cultivo del campo).